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Madre e hija nacieron en Paterna del Campo, Huelva, en 1925 y 1961 respectivamente. La madre fue al colegio hasta los diez años y después estudió con un maestro que daba clases particulares. Ya de niña, cosía muy bien y ayudaba a su madre en su trabajo de costurera. Aunque barajó la idea de irse a Sevilla a servir o a coser, se quedó en Paterna y se casó con el novio que conoció a las catorce años. Tuvo cinco hijos con él. Cuenta que ha tenido una vida muy dura porque se ha ocupado de la crianza de sus hijos trabajando, al mismo tiempo, en los negocios que tuvo con su marido: un bar, primero, y varios cines que se mantenían con el trabajo manual del matrimonio y los hijos, desde la limpieza y mantenimiento físico de los locales hasta la venta de entradas y labores de acomodador. Ha sido más avanzada que otras mujeres de su edad en su sentimiento de independencia a la hora de salir a pasear sola o con amigas. Ha valorado y apoyado económicamente los estudios superiores de sus hijos, queriendo darles lo que ella no tuvo.  

Cristina Moracho Martín dio a luz a un bebé sietemesino estando en su casa de Villalba, Madrid, el 14 de mayo de 1984. El niño nació vivo y llorando. Una ambulancia la llevó, junto al bebé, al Hospital Clínico de San Carlos. Nunca más lo vio. Le dijeron que había muerto y no le pidieron permiso para enterrarlo. Años después, cuando Cristina empezó a buscar información, encontró documentos con datos falsos, como por ejemplo, un certificado firmado por un médico que decía haber asistido a Cristina en el parto en el hospital. Hoy en día, sigue buscando a su hijo.

La madre nació en Orán en 1930 porque sus padres y abuelos paternos habían emigrado allí para trabajar construyendo piezas de granito. La muerte de su hermano, atropellado por un coche, impulsó el regreso de la familia a Monóvar, Alicante, cuando ella tenía cinco años. Su padre falleció al poco tiempo, por lo que ella, su madre, y la esposa e hijos de uno de sus tíos—apresado y fusilado durante la dictadura—se fueron a vivir con la abuela materna. En la escuela de Monóvar recibió una educación insuficiente y, por ello, su madre hizo que estudiara con profesores particulares. Desde los nueve años trabajó en la fabricación de zapatos y tuvo que pelear con sus jefes por el reconocimiento salarial de su habilidad y esfuerzo. Durante la entrevista, habla sobre su noviazgo y matrimonio, y sobre los métodos anticonceptivos que usaban ella y su esposo. Cuenta también la historia de una pariente cercana que era comadrona y practicaba abortos. Su hija, que la entrevista, nació en Elda en 1963 y es educadora.

Cuando Mertxe tenía nueve o diez años, hacia 1958, su madre se trasladó de Zumaia a San Sebastián para dar a luz, pero volvió sin hijo. En el hospital le dijeron que había nacido "incompleto" y había muerto. En 2011, Mertxe oyó la misma frase en boca de una madre que denunciaba que le habían robado a su hijo y comenzó a buscar información sobre el caso de su madre. No ha encontrado rastro del parto ni de la muerte del bebé, pero una vecina del pueblo le contó que ella acompañó a su madre a dar a luz y que sabe que tuvo una niña preciosa que parecía completamente normal.

La madre nació en Ciudad Rodrigo, Salamanca, en 1946. Recibió de sus padres una educación abierta y liberal. Su padre insistió en que tanto los hijos como las hijas fueran a la universidad, por lo que estudió una Ingeniería Técnica en Madrid. Conoció al que sería su marido mientras hacía la carrera. Ejerció su profesión en unos laboratorios de control de calidad hasta que, después de tener su segundo hijo, la despidieron, siguiendo la política franquista de las empresas con las madres. Al verse obligada a dejar el trabajo, desarrolló una actividad intensa en la asociación de padres del colegio de sus hijos, participando en varias movilizaciones reivindicativas con éxito. Profesa un catolicismo socialmente comprometido que la llevó a trabajar de voluntaria con la Asociación Caminar, asistiendo a niños y mujeres de grupos marginados. Vivió la Transición con ilusión, pero considera que muchos de los logros sociales de los primeros años de la democracia se están perdiendo ahora, y que estamos en un período de amplio retroceso de derechos civiles. La hija que la entrevista nació en Madrid en 1973 y es arquitecta.

La madre nació en Fuentes de Andalucía en 1935 y creció en el campo. Su familia, que había perdido posición económica, solo se preocupó por que recibiera una educación básica. No obstante, a los diecisiete años, tutelada por dos tías que eran enfermeras, se trasladó a Sevilla para empezar a trabajar como tal, al tiempo que se formaba en la profesión. Desde joven, por lo tanto, supo lo que era la independencia económica y la extendió a todos los aspectos de su vida. Al casarse, sintió que la perdió, aunque está satisfecha de su trabajo como madre y esposa. Ahora, ya viuda, ha recuperado el gusto por viajar y salir sola a todas partes. Su hija, nacida en Sevilla en 1961, admira de ella su gran vitalidad y espíritu positivo. Ambas hablan sobre la profesión de enfermería, que comparten; sobre lo que las mujeres han ganado desde la dictadura y lo que les queda por conseguir. El modelo productivo y laboral actual, dice la hija, rechaza los aspectos del cuidado, lo que obliga a muchas mujeres a renunciar a aspectos importantes de sus vidas, como la crianza de los hijos o el desarrollo profesional.

La madre nació en Tomelloso en 1921. Asistió a una escuela particular hasta los diez años y luego se puso a trabajar en el campo. A los dieciséis años conoció al novio que luego se convertiría su marido. Durante la posguerra y los años de la dictadura, la familia tuvo que emigrar a Asturias, Jaén y Francia en busca de trabajo. Su hija nació en 1944 en Tomelloso y se educó en un colegio nacional hasta los catorce años. Se dedicó a la familia cuando se casó y tuvo hijos, pero se puso a trabajar en una peluquería familiar cuando sus hijos estuvieron criados. La nieta nació en el año 1969, también en Tomelloso. Completó la enseñanza secundaria y luego estudió Formación Profesional para ser administrativa. Ha trabajado desde entonces. En la entrevista, madre, hija y nieta hablan sobre el impacto de la guerra, la dictadura y la democracia en sus vidas; sobre el papel de la mujer en el matrimonio y la familia; y sobre los cambios sociales que han ido produciéndose durante las tres generaciones que ellas representan.

La madre nació en Cádiz en 1949. Su hija, en Bilbao en 1979. Las dos viven en Aragón. A los dos años, la madre emigró a Vizcaya con su familia. Allí, sus dos padres trabajaban muchas horas fuera de casa y ella iba al colegio y se ocupaba de sus hermanos pequeños. A los doce años le encontraron un problema de corazón y a los catorce la operaron por primera vez. Poco después, se puso a trabajar para apoyar la economía familiar, aunque a su padre le hubiera gustado que siguiera estudiando. Al casarse dejó de trabajar, lo que después le hizo añorar la independencia económica que había tenido antes. Ya casada y con su primera hija, se mudó a Zaragoza por el trabajo de su marido. Este cambio de vida le resultó muy difícil. Además de separarse de su familia y amistades, en Zaragoza encontró una sociedad más cerrada, en la que las mujeres tenían menos libertad de la que ella había conocido. Hoy en día está jubilada, viaja con su marido y asiste a un colegio de mayores.

La madre nació en Salamanca en 1948, de padres cuyas familias provenían del entorno agrícola. Cuenta que su padre dejó el duro trabajo del campo por la carrera militar, que le proporcionaba más estabilidad y un sueldo fijo. Ella completó estudios primarios en un colegio de monjas y el bachillerato en un instituto. Fue a la universidad y ha sido profesora de inglés durante quince años. Tuvo un noviazgo largo y se casó con la esperanza de que el matrimonio le traería la libertad que le faltaba en el hogar paterno, pero las obligaciones de madre y esposa la desengañaron pronto. En su relación de pareja, ha insistido en la igualdad y en el reconocimiento de la doble jornada laboral que ella tenía como ama de casa y profesora. En la entrevista, reflexiona sobre los grandes cambios que ha sufrido el concepto de mujer que existía durante el franquismo. Describe la doble moral que regulaba el comportamiento sexual de los hombres y de las mujeres en la Salamanca de su juventud. Habla también sobre la educación que recibió en su casa y sobre la evolución de su religiosidad a través de los años. La hija que la entrevista nació en Salamanca en 1977 y es técnica informática.