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La madre nació en Huesca en 1947. Durante su niñez, vivió con su familia en varias ciudades españolas debido al trabajo del padre. A los once años, entró interna en un colegio de monjas de Huesca, pero lo dejó antes de empezar el bachillerato. De soltera, tuvo una vida laboral muy activa: fue costurera y peluquera, trabajó en fábricas y vendió seguros. De casada, empezó a dar clases de yoga y de gimnasia cuando sus dos hijas tenían pocos años. Se interesó por la antroposofía y la adoptó como filosofía de vida, que aplicó también a su trabajo en un centro de aprendizaje para personas discapacitadas. Su padre fue encarcelado durante el franquismo por una denuncia de un vecino motivada, posiblemente, por rencillas políticas, pero en la familia apenas se trató este tema. Cuenta que ha adquirido conciencia política en la madurez. La hija que la entrevista nació en Madrid en 1973. Ha hecho la carrera de sociología y se ha especializado en gestión cultural.

Agustina y Eusebio buscan a su hijo, Agustín, nacido el 7 de Octubre de 1981 en la clínica La Milagrosa de Madrid. Aunque el parto no presentó problemas, el recién nacido fue trasladado a una clínica para neonatos donde una doctora informó a los padres de que “tenía el cerebro aplastado”. Tres días después les dijeron que había muerto. Al insistir Eusebio en que quería verlo, le trajeron un bebé envuelto en una sábana que no se parecía en nada al suyo. A día de hoy, Eusebio y Agustina siguen buscando a su hijo y ni siquiera han podido conseguir la documentación sobre el parto de Agustina.

La madre nació en Alfacar, Granada, en 1933. La pobreza marcó su infancia: fue una niña sin juguetes que creció con lo justo para comer. Trabajó desde pequeña: primero, cuidando a otro niño menor que ella; después, en el servicio doméstico de las casas de los veraneantes del pueblo. A los trece años se fue a vivir con una prima que se había quedado viuda con cuatro hijos y necesitaba ayuda. Cuenta que su madre la mandó allí para que estuviera mejor alimentada. Al haberse criado sin sus padres, se ha esforzado por darles a sus hijos el afecto y la atención que a ella le faltaron. Su matrimonio ha sido, y sigue siendo, muy feliz. Su marido y ella han trabajado mucho para sacar a la familia adelante: él mantuvo dos trabajos durante muchos años mientras ella administraba los gastos, llevaba la casa y cosía buena parte de la ropa de sus hijos. Cuenta que, por desconocimiento de la sexualidad y por represión, lloró mucho el día que empezaba su luna de miel. Defiende la sexualidad más libre de hoy en día y se lamenta de no haber podido vivir la suya con menos restricciones durante el noviazgo. Describe también las complicaciones que tuvo durante los embarazos y la hipocresía y falta de profesionalismo de uno de sus médicos, que antepuso sus creencias religiosas a la salud y al bienestar de su paciente. La hija que la entrevista nació en Granada en 1962 y es profesora de historia en EEUU.

inició en 2012 la búsqueda de una hermana nacida en la antigua Maternidad de Santa Cristina el 6 de diciembre de 1956. Cuando acudió a este hospital a recoger información sobre su madre, Josefa Mesa, descubrió que esta había tenido tres partos más entre 1936 y 1940. Motivada por este hallazgo, amplió su investigación para conocer el pasado de su madre y averiguó que Josefa había enviudado de un soldado republicano, muerto por una tuberculosis posiblemente contraída en la cárcel (?). Actualmente, Cristina sigue reconstruyendo la historia de su madre y busca el paradero de los primeros hijos de esta y de la hermana nacida en 1956. Su abuelo, que era masón, estuvo encarcelado en Astorga por “auxilio a la rebelión”.

La madre y la hija nacieron en Tineo, Asturias, en 1924 y 1943 respectivamente. Ambas vivieron siempre en el entorno rural de Asturias y describen el acusado machismo que existía en el grupo social y familiar. Las familias celebraban el nacimiento de los hijos mucho más que el de las hijas, y los hijos siempre recibían más educación que las hijas. La madre sufrió esta discriminación desde la cuna, pues tiene un hermano gemelo al que se alimentaba mejor que a ella: si alguien tenía que morir, dice, preferían que fuera la niña. Cuando se casó, se fue a vivir a la casa de labranza de la familia de su marido, que era más pobre aún que la de su propia familia. El alcoholismo de su marido la hizo sufrir mucho, a pesar de lo cual ella lo cuidó con esmero y dedicación cuando enfermó y hasta que murió. Madre e hija hablan del duro trabajo físico que han hecho las mujeres de su familia toda la vida. La madre cuenta que se ocupaba del ganado, esquilaba ovejas, hacía tareas agrícolas, amasaba la harina del trigo que sembraba y hacía la matanza. Para desfilar el día de su boda tuvo que montar un caballo bravo, pero le fue fácil porque desde niña sabía montar caballos a pelo. Al día siguiente de casarse, en lugar de irse de luna de miel, se fue a segar el trigo. Hoy, a los ochenta y ocho años, sigue siendo una mujer activa, fuerte y saludable. Cose, cocina y disfruta de su familia y amigos, que la quieren y cuidan.

Ángel es el menor de quince hermanos y busca a su decimocuarto hermano, nacido en el año 1967 en la Casa de la Madre. Su madre siempre pensó que se había cometido una negligencia médica porque no la atendieron a tiempo en el hospital. Para el parto le administraron anestesia general y cuando despertó le dijeron que su hijo había muerto. A la familia le enseñaron el cadáver de un bebé de mayor tamaño que un recién nacido y con mucho pelo. Ángel no ha encontrado informes clínicos sobre su madre.

La madre nació en Madrid en 1943 en el seno de una familia moderadamente conservadora y de clase media. Fue la mayor de siete hermanos y estudió hasta el bachillerato en un colegio de monjas. Su matrimonio supuso un cambio drástico en la vida que había llevado hasta el momento: se mudó a un barrio obrero de Madrid y desarrolló una intensa actividad política contra la dictadura y a favor del cambio democrático en España. Compaginó la militancia en partidos de izquierda cristiana y en grupos feministas con el matrimonio y con la crianza de sus hijos. Pasados unos años, se puso a trabajar para la administración pública y comenzó a dedicarle más tiempo a la pintura, que había sido siempre su gran interés. Se divorció y, ahora, ya jubilada, escribe, pinta, viaja y lee. Ha expuesto sus cuadros en varias ocasiones y ha publicado una colección de relatos titulada “Lo verdadero es el miedo” (2010). En la entrevista, habla sobre los cambios personales, sociales y políticos que ha experimentado durante su vida, y sobre su compromiso ideológico y ético por una sociedad más justa. Reflexiona también sobre la situación social y política española actual, y dialoga con su hija sobre las distintas formas de acción política que existen o que se necesitan en este momento histórico. Su hija nació en Madrid en 1964, ha trabajado en producción de televisión y de documentales, y ahora es cuidadora, masajista y acupunturista.

La madre y la hija nacieron en Navalcarnero, Madrid, en 1927 y 1953 respectivamente. La nieta nació en Madrid en 1977. La madre se crió con dos tías solteras que tenían una pensión en Madrid. Allí, con ellas, pasó la guerra civil. Cuenta cómo se las arreglaban para comer y para calentarse, y recuerda vivamente el miedo que les producían los tiroteos y bombardeos. Su hermano pequeño murió en Navalcarnero durante uno de ellos. Habla de la vida en Navalcarnero: de las matanzas y del proceso de elaboración de los alimentos, de sus amistades y de la vida familiar. Su hija describe cómo fue la socialización y la escolarización de su época, que no fomentaban en las mujeres el interés por hacer carrera universitaria. Ella estudió Secretariado y empezó a trabajar a los dieciséis años en una compañía multinacional, donde tuvo la oportunidad de formarse laboralmente y de relacionarse con personas que le aportaban conocimientos y estimulaban su interés por la cultura en general. Fue una etapa muy importante de su vida. En la entrevista, habla también de su matrimonio y de su divorcio, y de las diferencias entre su vida y la de su hija, que es profesora y ha vivido, según cuenta, en una sociedad mucho más abierta y tolerante que la de su madre. Madre, hija y nieta exploran la repercusión que han tenido en sus vidas los cambios políticos y sociales que trajeron el final de la dictadura y la Transición.

Soledad Luque Delgado es la menor de diez hermanos y busca a su hermano mellizo, Francisco, nacido el 25 de enero de 1965 en la Maternidad Provincial de O’Donell. Francisco estuvo en una incubadora tres semanas, amamantado por su madre y experimentando clara mejoría. El día que fueron a llevárselo a casa les dijeron que había fallecido. No les enseñaron el cuerpo porque, supuestamente, lo habían incinerado, pero tampoco les dieron las cenizas. No han podido encontrar la historia clínica del parto y en la escasa información que han conseguido se cita la meningitis como causa de la muerte, enfermedad que ninguno de los familiares apreció durante sus visitas.